CURAMOS TU HECHICERÍA

Todos los temas espirituales suelen generar controversia e incredulidad, sobre todo en los escépticos y racionalistas. El tema de la hechicería también.

De hecho, a mí mismo me costaba trabajo aceptar su existencia, pero con el tiempo y la experiencia, cambiaron mis conceptos.

¿Qué es la hechicería?, ¿Por qué existe?, ¿Quién la practica?… Su efecto, ¿es real?

Estas y muchas preguntas nos podemos plantear.

Si estás afectado, Nosotros CURAMOS TU HECHICERÍA

Principios básicos de la hechicería

La hechicería tiene su base en el poder del pensamiento y la intención humana. El pensamiento es idea, y la intención un deseo, o un propósito emocional. Cuando se conjuntan se genera un efecto, sobre el ambiente o sobre otras personas.

Todo esto puede ser en forma consciente o deliberada, o inconsciente o accidental.

Esta intención puede ser para dañar o ayudar a alguien, es decir, para hacer el bien (curanderos, por ejemplo), o para el mal. Por eso existen los conocidos como hechiceros blancos, o los oscuros.

Por naturaleza, todos somos hechiceros potenciales, y nuestro poder nato viene de nuestra naturaleza. Por ser hijos de Dios (criterio personal), hemos adquirido en forma natural ese poder, sin embargo, esas facultades pueden ser potenciales, es decir, tienen que aceptarse, concientizarse de ellas, practicarlas y perfeccionarlas.

Eso lleva mucho tiempo y esfuerzo.

Algunas personas nacen con esas facultades ya desarrolladas, y es así porque en otras vidas ya practicaron algunas formas de hechicería. Las tendencias de aceptación o inclinación por estas prácticas, suelen venir de estas experiencias remotas, o por influencias o enseñanzas directas, por ejemplo, si tus familiares o conocidos te han enseñado.

Los efectos de un pensamiento con intención, pueden ser tan sutiles, que son imperceptibles, por eso se cree que el fenómeno no existe, sin embargo, hay que tener mucho cuidado sobre nuestras intenciones, porque aunque no se perciben, si llegan y afectan, nuestro ambiente u otros seres.

Nuestros pensamientos y emociones, transmiten vibraciones, que viajan de inmediato a su destino, y llegan al instante, porque en las dimensiones espirituales, no existe el tiempo y el espacio.

Estas vibraciones emitidas, tienen formas y colores, que pueden ser muy feas y grotescas si son negativos, pero solo pueden ser vistas por los pocos que poseen facultades de videncia.

Estas facultades de videncia, u otras de otros sentidos abstractos, también se tienen porque en otras vidas se tuvieron prácticas espirituales, y algunas personas ya nacen con esas facultades.

Pero como todos tenemos la capacidad potencial de influir sobre lo que nos rodea con nuestros pensamientos y emociones, debemos cuidar mucho la calidad de nuestras intenciones y deseos, porque aunque no lo veamos, si afectamos.

Un ejemplo muy común, es cuando odiamos a alguien. Aunque ese odio no sea expresado, o no lleve la intención deliberada de dañar, el daño de cualquier manera llega, porque el solo pensar en la persona odiada, te conecta con ella.

De esta manera es como también funciona la oración. De hecho, la oración, es como un acto de hechicería inconsciente, en este caso, para desear el bien, pero el principio es el mismo.

De hecho, en la dimensión espiritual Todo y todos formamos un solo SER, por ello es que la Física cuántica ha podido demostrar esa unión que rompe el tiempo y el espacio, y le llama “Entrelazamiento cuántico”.

Este principio es fundamental para entender muchos fenómenos espirituales, y forma parte de las leyes espirituales que se irán aceptando y entendiendo mejor en la medida que la ciencia avance al respecto.

Todo esto es ciencia para el futuro.

Cómo puede afectar la hechicería

Eso es tan variable como las intenciones del hechicero o del contratante del mismo.

Algunas personas hacen la hechicería en forma directa porque ya tienen experiencia en ello, pero la mayoría suelen contratar hechiceros o brujos que cobran por sus servicios.

Los daños pueden ser orgánicos, económicos, sociales, psicológicos, espirituales o combinados.

Es muy común que se intenten daños económicos por competencias laborales. O los daños pueden ser orgánicos, pero por motivaciones económicas como la disputa de una herencia.

La gravedad de los daños depende mucho de las intenciones del atacante, pero sobre todo del poder o experiencia del hechicero/a. A veces son tan agresivos que pueden llevar a la muerte. Ya hemos atendido casos de esta naturaleza.

La hechicería, independientemente de su intención, termina agravando las debilidades orgánicas o enfermedades de una persona. Por ejemplo, puede empeorar una colitis, diabetes, riesgo de cáncer, o cualquier otra enfermedad, o acelerar el inicio de las mismas.

Cuando una persona está afectada por hechicería, y tiene una enfermedad base, lo más común es que en ella no funcionen adecuadamente los tratamientos prescritos por sus médicos, aunque estos hagan bien su trabajo.

De alguna manera, el daño espiritual termina entorpeciendo la salud orgánica, de acuerdo con nuestra experiencia.

Hay hechiceros con técnicas muy poderosas, o con daños programados para autoperpetuarse, aunque se detecten y se hagan las limpiezas energéticas pertinentes.

Algunos hechiceros son tan oscuros, que ya tienen pactos con demonios, o se facilita en ellos la influencia de los mismos. En estos casos, es común que una persona, además de estar afectada por hechicería, traiga además uno o varios demonios contratados por el atacante.

 Es evidente que en estos casos los daños se multiplican, y tenemos que trabajar doble para ayudar al afectado, pero siempre lo logramos.

Eventualmente, los hechiceros se enteran de que su daño fue resuelto por algún curandero o practicante de la luz, y se molestan por ello. Por cuestión de orgullo, soberbia o cualquier otro interés, repiten el daño, lo modifican o lo potencian, así que será necesario tener vigilado al afectado.

Hechicería y Egregores

Hay muchos tipos de seres oscuros, además de los demonios. Existen ciertos seres llamados Egregores, que son creados por la mente humana, generalmente por la consciencia colectiva, por medio de prácticas o costumbres, o rituales masivos. Las prácticas religiosas, sean sectarias o no, crean Egregores muy poderosos.

Estos Egregores pueden ser oscuros o de Luz, según sea la intención comunitaria.

Por poner un ejemplo: Así como existe un Cristo objetivo, originado por la Creación original del Universo, existen otro modificado por las creencias y costumbres religiosas, o muchos de ellos según las diferencias conceptuales religiosas sobre Jesús.

Estos personajes esculpidos y creados por las creencias y prácticas humanas, adquieren el poder y las propiedades que se les atribuyen.

Si una mente aislada tiene el poder que hemos mencionado, la suma de muchas mentes intensifica ese poder. Esto, incluso, se ha comprobado en experimentos de algunas Universidades.

Existen pues, infinidad de Egregores, tanto de luz, como de oscuridad. Los Dioses de distintas civilizaciones del pasado, siguen existiendo como Egregores superiores de mucho poder.

El poder de los Egregores, se acentúa por la cantidad de personas que los invocan, y/o por la continuidad o vigencia de esa veneración. Se van debilitando en la medida que van siendo olvidados.

Hay Egregores relacionados con la muerte cuyo poder va ascendiendo en la medida que se suman adeptos a estas sectas clandestinas. Es muy difícil luchar contra estos seres espirituales cuando están presentes en una hechicería.

Sin embargo, para nosotros, que tenemos contacto con todo tipo de Seres de luz, incluyendo Egregores de luz, no hay reto de esta naturaleza que no hayamos resuelto.

Cómo diagnosticamos una hechicería

Primero se recaba información sobre el historial de la persona, como en una historia clínica médica. Cualquier cambio brusco en la vida personal que no tenga una explicación lógica, es sugestivo. Lo mismo algún fenómeno paranormal que se detecte.

Después siguen las técnicas diagnósticas que pueden ser por medio Kinesiología Biomagnética en las cuales se ponen imanes físicos o virtuales en ciertos mapas corporales, programados específicamente para detectar daños por hechicería o presencia de seres oscuros. Si existen uno o ambos, se solucionan con procedimientos especiales para cada uno.

La otra forma de diagnosticar o tratar, sobre todo casos que se consideran fuertes, es por medio de hipnosis indirecta, con el apoyo de médiums especializados y entrenados en estos procesos.

Esta técnica es la más complicada, pero también la más segura y fiable, porque en ella podemos interactuar y dialogar con Seres de Luz que siempre nos apoyan en estas terapias energéticas.

Generalmente son Arcángeles los que nos ayudan, pero si es necesario y el caso lo requiere por su complejidad, los Arcángeles convocan a Seres de luz aún más especializados.

No hay mal o poder de la oscuridad, que no pueda ser solucionado por estos métodos. Para todo ser oscuro poderoso, siempre hay un Ser de Luz más poderoso.

Una vez solucionado el o los problemas detectados, volvemos a hacer las pruebas diagnósticas para cerciorarnos que ya todo ha sido resuelto.

En el proceso, también se ponen escudos protectores y se enseña a la persona afectada las medidas pertinentes para protegerse a sí misma de ataque futuros.

Eventualmente y en casos raros, hay ataques reiterativos, contra el afectado, o contra nosotros, pero terminamos resolviéndolos.

Todos los procedimientos se llevan a cabo en forma presencial, o a distancia, si la persona no puede asistir al consultorio.

Si necesitas ayuda de esta naturaleza, contáctanos.